Siempre volvemos al origen.

No distingo si siento dolor, bronca, impotencia o ganas de matar... pero bueno, no hay mal que por bien no venga, de todo se aprende. Siempre hay una luz al final del túnel, y siempre hay gente que te quiere y te quiere ver bien. Gracias a la vida que puso personas increíbles al lado mío y que nunca me sueltan la mano. Lo demás es problema ajeno.

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